martes, 15 de septiembre de 2020

There's nothing to wake up to

Cada vez que cuento de nuevo todos los huecos me pierdo.
Porque a la hora de coser todos los remiendos no sé cuál encaja dónde.
Me escondo en todos los rincones debajo de la alfombra,
creyendo que los puntos ciegos me salvarán de mi misma.
Pero no son capaces de ocultarme.
Solo me encuentro a mi misma dando vueltas y escalando una pared que no lleva a nada.
Intentando escapar.
¿De qué escapo?
Quizás de mi misma.
De la sensación de no saber si estoy feliz o solo ocupada.
Hace tiempo que dejé de sentir.
Y me dolería si pudiese,
pero la verdad es que ya no hay nada que yo me pueda hacer que me haga sentir más.
O menos.
Pero no me rindo.
O al menos intento no hacerlo.
Porque todo esto me consume y me hierve en las venas más de lo que tenía pensado.
Al final del día yo soy la responsable de todo lo que me hago.
De todas las heridas a las que les echo sal.
De todos los agujeros que intento esconder fallidamente.
De todas las cosas que me dejo en el tintero cuando creo que estoy escribiendo la historia correctamente.
Pero se corre la tinta en el último párrafo,
porque la incertidumbre de no saberlo es mejor que el dolor de releerlo de nuevo.
De noche, cuando lo único que queda soy yo con mis pensamientos
entiendo que no importa cuanto huya, siempre me alcanzo a mi misma.
Como una pesadilla que parece no acabar nunca.
Que me atrapa y me enreda en unos caminos que no entiendo.
Porque tú mismo dijiste que yo era una supernova que amenazaba con explotar.
Y desde entonces esperas en primera linea de guerra creyendo que puedes contener mis pedazos.
Como si fuese suficiente para calmarme,
para dejar que este agujero negro que llevo dentro se trague todo lo que gravita a su alrededor.
Todo a mi alrededor va a colapsar porque no soy capaz de detener esta vorágine de sensaciones alrededor mío.
Y todas pasan por lo mismo, por la sensación de no sentir nada.
Solo pido sentir algo que no sea vacío.
Solo pido despertarme por la mañana y pensar que soy algo.
Aunque no valga nada.
Pero solo me despierto con la sensación de vacío en el pecho,
sabiendo que un día más me tragaré este veneno que llevo dentro
solo porque llevo haciéndolo tantos años que ya nadie me creería si lo escupo.
Porque la verdad es que la gente se cansa.
Incluso todos los que dijeron que estarían acaban hartos de la misma historia dando vueltas.
Y tienen razón, porque después de tantos años sigo sin tener la fórmula que me salve de este experimento que sigo pensando que es vivir.
Y eso me impide decir en voz alta que sé que no lo he superado, que sigo en la fase 1.
Aunque todos me dicen que solo estoy triste, que es temporal.
Pero empiezo a pensar que esto se va a quedar para siempre.
Que debería empezar a actuar el papel de mi vida y fingir cada paso que doy.
Como llevo haciendo años.
Fingiendo cada sonrisa, cada chiste, cada foto.
A cada amalgama de situaciones que me hagan parecer real.
Aunque eso es lo último que me siento.
Es difícil sentirse real cuando sabes que llevas fingiendo toda la vida.

0 comentarios:

Publicar un comentario